miércoles, 6 de junio de 2012

Ray Bradbury (1920-2012)

En la actualidad la expresión "hablar con las paredes" significa hablarle al aire, a nadie. También se dice que aquel que habla con las paredes está loco. Pero en el futuro hablar con la pared es hablar con la TV y esto es común en ese tiempo. Todos en sus casas tienen una y viven riéndose de ella, mirándola, oyéndola hasta tal punto que se convierte en parte de la vida.
C
uando Montag despista al sabueso, marcha rumbo al bosque y encuentra un grupo de gente que era apartada. Estas personas eran muy cultas, leían y memorizaban lo leído con la esperanza de "reculturizar" ese mundo. Montag se une a ellos, quienes habían seguido su persecución por televisión para volver a la ciudad y reconstruirla. Querían empezar de cero y reformar la ciudad, construirla nuevamente y empezar un mundo nuevo, culturizado y pensante.


Ese soy yo, a los 15 años, respondiendo las preguntas de la prueba sobre Fahrenheit 451 que me tomaron en el colegio, sin duda uno de los libros que marcaron mi adolescencia.

Ayer, a las 7:30 de la mañana, subió al colectivo en el que viajaba, un chico de unos 13 años con su hermana, de aproximadamente 10. Él sacó la netbook y empezó a teclear. Al poco tiempo le dijo (al aparato, no a su hermana): "arreglate, arreglate... ¿cuándo te vas a arreglar?" La hermanita insistía con que se la prestara. El chico se negó, la cerró y estuvo un tiempo en silencio. Luego la volvió a abrir y después la cerró definitivamente. A las pocas cuadras la hermana sacó su celular último modelo y empezó a ella también a teclear.  
Me interesa poco ser ominoso pero no puedo no pensar en Fahrenheit. El dominio de la pantalla es evidente y para qué quemar libros si los consumidos somos nosotros... ¡hasta hay un diagnóstico llamado síndrome de burn-out!

Vaya mi pequeño homenaje al genio que nos permitió y nos permitirá pensarnos a nosotros mismos mediante ese gran estandarte de la resistencia llamado arte.

6 comentarios:

Fëarandir-san dijo...

Qué bueno que fue leer tu homenaje, por pequeño que te parezca, porque yo debo admitir casi total ignorancia sobre Bradbury, y siempre es bueno ver la pasión de otros por aquello que no conocemos. Digamos que da más ganas de convertirse a esa fe.

O sea... che, tengo que leer Bradbury pronto, parece que era re groso =P

Etienne dijo...

Toda generación tiene sus carencias, sin embargo lo malo de la contemporánea es la velocidad con que se pierden las cosas...
Excelente homenaje para quien desde la ciencia ficción hizo de sus fantasías y miedos una lección de vida!
saludos van!

Manderly dijo...

Buen homenaje!
No he leído Fahrenheit 451 todavía pero sí que he visto y disfrutado con la película.
Saludos.

mge dijo...

Qué maravilla saber que los lectores siguen visitando el sitio después de tanto tiempo.

Lo que dice Etienne es cierto y es algo que aparece de manera muy clara en Fahrenheit. Me hizo pensar en la frase "quemar etapas" que viene sonando desde hace un tiempo. Para qué habría que quemarlas?

Han de leer ese libro, de las grandes distopías (junto con 1984 y Un mundo feliz) es, a mi juicio, la más poética, lo que la convierte en doblemente peligrosa.

Paula Lago dijo...

Grandiosa novela! con ella conocí cabalmente a Bradbury y lo empecé a leer aunque con esa seríe de la década del 80 , Crónicas Marcianas, que en casa se veía casi como una religión conocí de oídas su nombre ya por primera vez.

Martín Felipe Castagnet dijo...

qué cierto lo del burn out.