lunes, 10 de enero de 2011

María Elena Walsh (1930 - 2011)

No tuve más remedio que decirle a Dailan Kifki: -Vamos querido, aquí no te comprenden... Vamos, te voy a llevar al zoológico.
¿Qué creen que me contestó Dailan Kifki?
Nada. Se puso a llorar, primero dos lagrimitas, luego dos lagrimotas, después dos lagrimones y finalmente dos chorros de manguera.
Lloró tan fuerte que hizo temblar toda la manzana y, naturalmente, las pocas estampillas que quedaban pegadas en el correo se despegaron y salieron volando por las ventanillas.
Mi familia, enternecida, no tuvo más remedio que dejar de llorar, y se pusieron todos a consolarlo. Porque la verdad es que una tristeza de elefante es mucho más grande que una tristeza de persona.
Mi papá le dio una galletita, mi tía Clodomira le prestó el sombrero por un rato, mi mamá le acarició las orejas, y mi hermano Roberto dijo: -Estamos fritos.

Y entonces Dailan Kifki se quedó a vivir en mi jardín.


La foto de arriba es de Sara Facio y este es mi ejemplar de Dailan Kifki, el cual leí por primera vez a los 9 años:


Si hoy en día leo vaya donde vaya y esté donde esté, gran parte de la responsabilidad es de este libro.

6 comentarios:

Marie dijo...

estamos fritos!

Lucila dijo...

sisiisi como lo amo a Dailan!! Le regale mi copia a mi hnta asi que me compre otra hace unos años. Pero no es lo mismo... no es lo mismo!!

Dialoguista dijo...

Mejor post no le pudiste haber dedicado!!!

QSUM dijo...

Hermosooooooo ! ! !
un pena, se la va a extrañar, como tambien extrañamos a Maria Elene Rissuti (criatura de Peña, parte inspirada en M.E. Walsh)

Arriba el animo, ayer se restreno Volver al Futuro en la cartelera porteña, amerita post, me parece.

Realmentealpedo dijo...

Muy linda dedicatoria. Fue una gran pérdida para el patrimonio cultural argentino.

Saludos!

Paula Lago dijo...

Concuerdo con Dialoguista y como vos, gracias a Dailan Kifki es que leo como loca. Hace poco compré otro ejemplar para mi nena y le fascinó. Ahora que terminó 1º grado y lee muy bien la guacha! se lo está devorando de nuevo.