Milagro es no "convertirse" al ateísmo después de ver esta bosta. ¿Qué quieren que les diga? Perdí la poca fe que me quedaba. Siguiendo con la onda eclesiática, este hemorroide de Satán cuenta la historia de Rafael y Anahí (dos forros de primera categoría) que recomponen su matrimonio gracias a las acciones milagrosas del "lirio de las Pampas": Cerefino Namuncurá.
Rafael es hijo de Catalina:
La suegri.
Rafael es hijo de Catalina y se gana la enemistad de su madre al traer a casa a su esposa Anahí. ¿Qué tiene de malo Anahí? Básicamente que es "una india". Y a la suegri no le gustan las indias, no, no, pues es votante de Bullrich. Pero atención, que el estandarte de la maldad y la discordia no es patrimonio de la señora Catalina, sino también de su mucama Nº1, su ama de llaves diabólica, su sirvienta macabra... Ireeeneee.
Irene odia a la señora Catalina, pero Catalina la había propuesto como candidata para su hijo, teniendo en cuenta que era la única mujer de la casa, lo cuál tiene todo el sentido. Claro que no sabía que Irene conspiraba junto a Francisco, el peón, para quitarle sus tierras y convertirse en la dueña del condado.
En el medio de todo el cotorreo, la fatalidad quiso que un incendio azotara los terrenos de la señora Catalina y vaya saber uno qué carajo pasó pero lo cierto es que Rafael perdió la vista.
¡Estoy ciego!
Visto (je) y considerando el estado del pobre Rafael, se le indica reposo y se da el siguiente diálogo:
Anahí: -Quiero verlo, sólo verlo y mirarlo.
Catalina: -Está bien, pero no lo toque ni llore. (???)
Cae el médico rural, que no caza una y la india, fiel a sus ancestros, indica: "Debemos ir a Buenos Aires" (indias eran las de antes) Finalmente Rafael viaja junto a su madre y Anahí queda al cuidado de la arpía de Irene, y entonces...
¡Éxtasis!
Dame una C, dame una E...
¡Ceferino! Anahí, en plena revelación, pide por la curación de los ojos de Rafael y entra a gritar que vio a la deidad. Francisco le dice: "Anahí, no te dejes llevar por alucinaciones", pero ella nada, está desquiciada por el poder de su fe. Finalmente, Rafael vuelve y se cura, para el asombro de todos y ahí es cuando doña Catalina pega zarpado flashback y nos enteramos que odia a las indias porque el padre de Rafael la dejó por una:
Pelá el tótem, papi.
A modo de agradecimiento, Rafael y Anahí hacen el Ceferino tour, visitando todos los lugares por los que pasó Ceferino en vida: Viedma, Chimpay, San Ignacio, etc. Los empleados dejan la estancia de Catalina, porque se vuelve una mujer aún más agria, hasta que Rafael y Anahí vuelven cargando un hijo en brazos lo cual hace que Catalina recapacite y se vuelva buena.
Aunque no tan buena como la expresión de este peón:
¡Azúca!
2 comentarios:
dios mío
AZUCAAAAA
qué buena la cara del peón, Ceferino mío!
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